En nuestra entrada anterior, os relatamos el lamentable episodio de
violencia que tuvo lugar el 19 de mayo entre hinchas ultras del Real Zaragoza y
del Athletic Club de Bilbao en las inmediaciones de La Romareda.
A pesar de que este altercado sucedió antes del comienzo del partido, el
broche final que los ultras del equipo maño le pusieron a la jornada al increpar a sus jugadores,
deja una imagen muy penosa que nos da una idea de la catadura moral e
ideológica de unas personas que se consideran así mismas amantes del deporte y,
concretamente, del Real Zaragoza.
En un vídeo emitido por Canal+ se puede comprobar cómo a la salida del partido, los ultras aprovechan para increpar a sus
jugadores a base de insultos, cánticos y bajezas varias. Como veréis, tienen para todos:
Recibieron a algunos de sus jugadores al grito de "¡Borracho!", "¡Ludópata!",
¡Bastardo!, "¡Catalán de mierda!", "¡Hipopótamo!", etc.
Sin embargo, la peor parte se la llevó el camerunés Bienvenu, el cual, a pesar de que incluso se encontraba
la familia del jugador delante, fue sometido a los siguientes gritos racistas:
"¡Uh,uh, Bienvenu, uh,
uh!".
Para terminar, el jugador rumano Cristian Sapunaru se acercó para mediar con los aficionados, pero se encontró, entre otras
cosas, con un desplante xenófobo:
"Ahora
no te vayas a robar cobre, ¿eh?"
Sólo Movilla se libró de semejante lichamiento verbal, aunque resulta interesante observar que el argumento que cantan para reconocer su
buen hacer es de corte xenófobo y racista:
"¡No queremos jugadores, jugadores de color!,
¡Preferimos a Movilla porque es blanco y español!".
Existe un refrán que dice que si se mueve como una rata, huele como una
rata y parece una rata, es una rata.
Estos no son aficionados al fútbol y al deporte, son ultras neonazis que utilizan este medio para ejercer la violencia de forma explícita
y hacer proselitismo. Nos preguntamos cuánto tiempo más tardarán las Directivas
de los clubes en darse cuenta de que están dando cobijo en sus gradas a
personas con una ideología deplorable, antidemocrática, violenta y tremendamente peligrosa.