viernes, 28 de octubre de 2022

El experimento de enseñar a todos los niños la lengua de signos: «La diferencia es una riqueza»

 


Diario.es.- En el colegio público Colón, en Córdoba, algunas clases se dan en silencio. La profesora no utiliza la lengua oral, sino que enseña en lengua de signos a toda la clase, a pesar de que la gran mayoría de alumnos oye perfectamente. Este curso el centro, que tiene matriculado a nueve alumnos con discapacidad auditiva, ha hecho algo pionero: impartir por primera vez una nueva asignatura de lengua de signos a todos los estudiantes de tercero y cuarto de primaria una vez a la semana.

Pero todo esto arrancó mucho antes, concretamente en 2007 – año en el que se reconoció la lengua de signos como una lengua para acceder al currículum- en el que el centro adoptó el proyecto bilingüe de lengua de signos, como otros lo hacen con el inglés. Esto supone que en cada aula donde haya un niño sordo estén dos profesoras. Una que imparte las clases en lengua castellana oral y otra que lo hace en lengua de signos. “Cada actividad o rutina diaria se trabaja en dos lenguas para que los alumnos con discapacidad auditiva aprendan a través de las dos: en la de signos, que es para ellos más fácil, y en la oral, que es en la que se van a desenvolver con el resto de personas”, explica Mar Molina, maestra cotutora de la lengua de signos y coordinadora del equipo de orientación.

Este sistema ha supuesto que todos los alumnos que asisten a estas clases (los oyentes también) estén muy familiarizados con la lengua de signos y la hayan aprendido de manera natural. “En un momento dado nos dimos cuenta de que era necesario que hubiera una asignatura de lengua de signos para todos los alumnos, para que no se la perdieran los que no tenían en clase un compañero sordo. Era algo que ellos demandaban y sus familias, también”, explica la profesora. “Los niños oyentes querían relacionarse más con sus compañeros o poder asistir a charlas de antiguos alumnos sordos y para ello necesitaban aprender esta lengua”, asegura.

Crear una asignatura desde cero

El curso pasado el equipo de lengua de signos, formado por seis maestras, se «lio la manta a la cabeza» y se lanzó a diseñar de cero una asignatura de lengua de signos aprovechando que tanto la Lomce como la Lomloe permiten que los centros puedan introducir asignaturas de libre configuración o un proyecto interdisciplinar teniendo en cuenta las necesidades de su alumnado.

La acogida de la nueva materia no ha podido ser mejor. “Ahora cuando nos cruzamos en los pasillos, los alumnos nos saludan en lengua de signos. O en el patio, buscan a algún compañero sordo para preguntarle cómo se decía, por ejemplo, los días de la semana. Están muy motivados”, señala.

Lo cierto es que, a pesar de los audífonos que muchos llevan, los alumnos sordos se pierden con frecuencia explicaciones si solo se les enseña mediante la lengua oral. “El aprendizaje de la lengua de signos no les limita su vida sino al revés. Les hace más competentes, más autónomos y más independientes”, explica Molina. “Aquí en el colegio se les ofrece como un recurso más para acceder a la información. Las situaciones escolares no son siempre idílicas y la gran mayoría de los niños no vienen con tres años con un lenguaje oral desarrollado por distintas razones: porque el implante ha sido puesto tardíamente o la respuesta al implante no ha sido la adecuada y están tardando en evolucionar. Y todo ese tiempo que están sin lengua oral, tienen la de signos para comunicarse, para aprender y acceder al mundo”.

Beneficios para los alumnos oyentes

Y los alumnos oyentes, ¿por qué es beneficioso que se les enseñe la lengua de signos? “Es una lengua más que aprenden, una lengua que permite hacer una sociedad más inclusiva, que acepta más la diversidad. En nuestro colegio la diferencia es una riqueza”, señala Molina. “La lengua de signos te permite, además, mejorar tu currículum. Es una lengua con su gramática, su semántica y estructura, pero en vez de ser auditiva, es visual. Y con ella puedes expresar todo y aprender todo. No está limitada por nada”, señala la maestra.

Molina asegura que la mayoría de niños sordos se sienten más cómodos hablando en la lengua de signos. “Su pensamiento es más visual y la información, mientras más visual sea, mejor van a acceder a ella”, cuenta. “Eso no quita para que les demos las herramientas para que desarrollen su lengua oral, y, dependiendo del entorno, utilicen una lengua u otra. Nunca van a estar incomunicados. Tenemos exalumnos que están estudiando una carrera, que hablan perfectamente de manera oral”.

La idea del colegio es extender esta asignatura más allá de tercero y cuarto de primaria. Mientras la vida continúa en este centro repleto de carteles en lengua de signos, asambleas con alumnos de infantil que cantan a la vez en lengua oral y de signos y aulas de primaria donde un estudiante expone su trabajo de forma oral mientras que otro lo hace en lengua de signos. “Aquí echas un vistazo a las clases y los niños están signando, da igual que sean sordos u oyentes”, asegura Molina.