martes, 8 de noviembre de 2022

El padre de Kira, la niña que se suicidó por ‘bullying’, exige que el acoso escolar sea delito

 


El Periódico.- José Manuel López, el padre de Kira López, una niña que se suicidó a los 15 años en mayo de 2021 a causa del acoso escolar, ha pedido que el ‘bullying’ sea considerado delito. También ha reclamado que las autoridades contabilicen bien todos los niños y niñas que tienen que cambiar de centro educativo para huir de sus verdugos para que este tipo de datos formen parte de las estadísticas oficiales.

La ministra de Educación y FP, Pilar Alegría, ha asegurado que escuchará y estudiará la propuesta de López. «No descartamos nada», ha concluido la ministra durante su visita al instituto Miguel Catalán

Consciente de que cada centro se ocupa -o se desocupa- de los casos de acoso, el padre de Kira ha entregado esta mañana en el Congreso de los Diputados más de 230.000 firmas recogidas en Change.org para reclamar un protocolo nacional contra el acoso escolar.

«Es un problema más serio de lo que parece», ha advertido López, que ha animado a los partidos políticos y el Gobierno a tomarse en serio el acoso, las humillaciones, las palizas y el ciberbullying del que son víctimas muchos estudiantes. «¿No le importa esto a ningún gobernante?», se ha preguntado.

Acompañado de su esposa y portando una gran foto de su hija, López ha recriminado que hasta ahora las autoridades solo dedican «calderilla» a combatir el ‘bullying’ y se ha mostrado convencido de que con esta iniciativa podrá ayudar a salvar más de una vida porque pone «en alerta» a los padres. Algo que ha considerado muy importante porque, en la actualidad no existe y, sin embargo, es ofrecer altísima seguridad a los menores para que no vayan con miedo al colegio. «Para que un niño rinda tiene que sentirse seguro y motivado», ha apostillado.

También ha reclamado que se forme a los docentes ya en la universidad para que sepan enseñar a los niños a gestionar sus emociones y las de otros, y que se tomen medidas para detectar ideas suicidas en los centros educativos porque «no es normal que un niño con 10 años o mi hija, con 15, decidan que no merece la pena vivir».